domingo, 14 de octubre de 2012

Érase un Año de la Fe...

El pasado día 11 del presente mes de octubre, desde la Basílica de San Pedro en Roma, tenía lugar la apertura del Año de la Fe . Su Santidad Benedicto XVI daba paso a un año que se presenta realmente intenso para todos los que formamos parte de esta gran Iglesia nuestra. En nuestro país, Monseñor Rouco Varela oficiaba la eucaristía de apertura en Madrid: "El Año de la Fe nos abre al horizonte de interrogantes y angustias que preocupan a toda la sociedad".
El Papa señala, antes de nada, unos primeros objetivos compartidos con los del Año de la Fe convocado por Pablo VI:
1) "Para confirmar nuestra fe rectamente expresada" (Pablo VI), "redescubrir los contenidos de la fe profesada, celebrada, vivida y rezada" (Benedicto XVI).
2) "Para promover el estudio de las enseñanzas del Concilio Vaticano II" (Pablo VI), "con el Concilio se nos ha ofrecido una brújula segura para orientarnos en el camino del siglo que comienza" (Benedicto XVI).
3) "Para sostener los esfuerzos de los católicos que buscan profundizar las verdades de la fe" (Pablo VI); "intensificar la reflexión sobre la fe para ayudar a todos los creyentes en Cristo a que su adhesión al Evangelio sea más consciente y vigorosa, sobre todo en un momento de profundo cambio como el que la humanidad está viviendo" (Benedicto XVI).

A estos tres objetivos, Su Santidad añade cuatro objetivos más, fijándose en las actuales circunstancias sociales:
1) "Invitar a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador
del mundo".
2) "Comprometerse a favor de una nueva evangelización para redescubrir la alegría de creer y volver a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe".
3) "Suscitar en todo creyente la aspiración a confesar la fe con plenitud y renovada convicción, con confianza y esperanza".
4) "Comprender de manera más profunda no sólo los contenidos de la fe sino, juntamente también con eso, el acto con el que decidimos de entregarnos totalmente y con plena libertad a Dios".
Este último objetivo es el que más recalca el Papa Ratzinger. Le interesa subrayar la inseparabilidad del acto con el que se cree y de los contenidos a los que prestamos nuestro asentimiento:
-El acto de fe sin contenidos nos conduce a la total subjetivación de la fe.
-Los contenidos, sin el asentimiento de la fe, instruyen nuestra mente, pero no nos unen Dios ni son capaces de transformar nuestra vida, de convertirla al Dios vivo. Sólo si la profesión de fe desemboca en confesión del corazón podemos hablar de una fe madura, bien formada, capaz de producir frutos en los demás.
Sin embargo, el Año de la Fe puede ser, si realmente lo hacemos posible un Año Cofrade. En nuestra querida ciudad de Sevilla, el Arzobispo Monseñor Asenjo inciaba este intenso año con dos grandiosas noticias:
-La celebración de un magno Vía-Crucis el primer Domingo de Cuaresma, con catorce imágenes de Cristo representando las diferentes estaciones.
-El sábado 27 de abril tendrá lugar un Rosario de la Aurora extraordinario de la Virgen de los Reyes. Además, será la misma imagen la que presida el Pregón de las Glorias de María de la ciudad.

En relación al Vía-Crucis, será responsabilidad del Consejo de Cofradías la elección de cada una de las imágenes. Nosotros nos aventuramos a hacer una quiniela cofrade y damos nuestra propuesta de las posibles imágenes que podrían participar. ¿Por qué no nos dan su opinión también y hacen sus propuestas? ¡Puede ser interesante y muy curioso ver todas las propuestas! Comenten también en "La Revirá", su web cofrade de referencia en Don Benito y Villanueva.

Vía-Crucis que propone "Misericordia Calabazona":
1) Jesús en el Huerto de los Olivos ("Nuestro Padre Jesús de la Oración en el Huerto", de la Hermandad de Montesión):

 
 2) Jesús es detenido, traicionado por Judas ("Nuestro Padre Jesús del Soberano Poder en su Prendimiento", de la Hermandad de los Panaderos):
 

 
3) Jesús es condenado por el Sanedrín ("Nuestro Padre Jesús ante Anás", de la Hermandad del Dulce Nombre):
 

 
4) Jesús es negado por Pedro ("Nuestro Padre Jesús de la Paz", de la Hermandad del Carmen Doloroso):
 
 
5) Jesús es juzgado por Poncio Pilato ("Nuestro Padre Jesús de la Presentación al Pueblo", de la Hermandad de San Benito):
 
 


6) Jesús es azotado y coronado de espinas ("Nuestro Padre Jesús de Columna y Azotes", de la Hermandad de las Cigarreras):

 
7) Jesús es cargado con la Cruz ("Nuestro Padre Jesús de la Salud", de la Hermandad de los Gitanos):

 
8) Jesús es ayudado por el Cireneo a llevar la Cruz ("Nuestro Padre Jesús de las Penas", de la Hermandad de San Roque):
 
 
9) Jesús se encuentra con las mujeres de la ciudad de Jerusalén ("Nuestro Padre Jesús con la Cruz al hombro", de la Hermandad del Valle):
 
 
10) Jesús es crucificado ("Santísimo Cristo de la Sed", de la Hermandad de la Sed):
 
 
11) Jesús promete su Reino al Buen Ladrón ("Santísimo Cristo de la Conversión del Buen Ladrón", de la Hermandad de Montserrat):
 

12) Jesús en la Cruz, la Madre y el discipulo amado ("Santísimo Cristo de la Salud" y "María Santísima de la Luz", de la Hermandad de la Carretería):

 
13) Jesús muere en la Cruz ("Santísimo Cristo de la Buena Muerte", de la Hermandad de la Hiniesta):
 
 
14) Jesús es colocado en el sepulcro ("Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo", de la Hermandad del Santo Entierro):
 



Para cerrar el cortejo, se plantea la posibilidad de que sea una imagen de María Santísima la que lo haga, al igual que ocurrió en el Vía-Crucis de la JMJ. Qué mejor cierre que la imagen de "Santa María de la Esperanza", de la Hermandad de la Macarena:
 
 
Algo bellísimo lo que podremos contemplar por las calles de Sevilla el próximo 17 de febrero, Dios mediante. ¿Por qué no organizar movimientos masivos de nuestras Hermandades y Cofradías de Don Benito para celebrar el Año de la Fe? Ahí queda eso.
 
Que todos los cristianos celebremos como se merece este especial año. 
 

sábado, 6 de octubre de 2012

Alegoría (I): la Muerte

Desde hoy, nos vamos a centrar en unas particulares formas iconográficas y devocionales de la Semana Santa de Sevilla: las alegorías. Concretamente, sacaremos a la luz tres entradas correspondientes a cada una de las cuatro alegorías de la ciudad de Sevilla. A saber: el Triunfo de la Santa Cruz, de la Hermandad del Santo Entierro; el Sagrado Decreto de la Santísima Trinidad, de la Hermandad de la Trinidad y el Santísimo Cristo Varón de Dolores de la Divina Misericordia, de la Hermandad del Sol. Hablaremos también en unas cuarta y quinta entrada de los misterios del Duelo, de la Hermandad del Santo Entierro y de Nuestro Padre Jesús Nazareno, de la Hermandad del Silencio, pues aunque no son pasos alegóricos como tal, también merecen una reseña por su particularidad y por la belleza de lo que representan.

En la entrada de hoy, nos centraremos en el quizá sea el paso alegórico más popular y curioso de toda la Semana Santa: el Triunfo de la Santa Cruz, popularmente conocido como LA CANINA.

La imagen del Triunfo de la Santa Cruz, es atribuída con buen criterio a Cardoso de Quirós. Data de finales del siglo XVII. En este paso alegórico, podemos observar a un esqueleto, de talla real, pensativo y abatido, sosteniendo sobre su mano izquierda una hazada y apoyando la cabeza sobre la derecha. Se encuentra sentado sobre una bola del mundo, esta a su vez sobre un monte de roca. Acompaña la escena un dragón abatido, que sostiene en la boca una manzana, símbolo de pecado. Cierra este peculiar y espectacular paso iconográfico la Santa Cruz, sobre la que se sitúan dos escaleras, y otros tantos sudarios, uno blanco y otro negro, llevando este último en letras bordadas la reseña "Mors Mortem Superavit".
 
Resulta curioso su transitar por las calles de la ciudad, sobre ese sobrecogedor paso neogótico y dorado, iluminado por cuatro hachones, con cera color sacramental. Actualmente, ninguna Hermandad se atrevería a sacar a la calle tal escena; sin embargo, a mi entender, y comprendiendo realmente lo que esta Hermandad pretende transmitirnos, resulta ser uno de los más hermosos misterios de nuestra Semana Santa.

"Mors Mortem Superavit". Frase en latín que viene a decirnos: la muerte ha triunfado sobre la muerte. Es decir, la Santa Cruz, la muerte de Nuestro Señor Jesucristo, que va muerto en una urna del más puro gótico, ha superado a la más despreciable muerte humana.
 
En el mundo de nuestras Hermandades y Cofradías actuales, resultaría impensable que una incorporase a sus imágenes titulares, y mucho menos a su cortejo procesional, una imagen de tales características. Sin embargo, y a mi entender como cofrade, una vez conocido el significado, es una de las iconografías que más debería hacernos pensar y reflexionar, por el simple hecho de ser una alegoría. Pensemos y caigamos en la cuenta sobre lo que esta alegoría representa, y miremos a partir de ahora con unos ojos distintos a La Canina, que cada Sábado Santo, se pasea por Sevilla.